Después del encierro por la pandemia es probable y deseable que personas que no practicaban ejercicio, empiecen a hacerlo por muchas razones que por hoy, no comentaremos.
En este cambio hacia la actividad, en particular si tu interés es por el triatlón o la carrera a pie, las dos especialidades de Team Liv2Win, te encontrarás con información en cascada. En los medios, en las redes, con los amigos y hasta con los desconocidos.
Como deportistas, debemos aprender a seleccionar la información porque, aunque tenga buenas intenciones, no toda la que se comparte, difunde y recomienda es válida para todos.
En las redes sociales e Internet podrás leer de todo: haz cardio antes de pesas, haz pesas antes de cardio; dobla el codo al nadar, déjalo estirado; respira cada 3, respira cada 2; respira bilateral, respira unilateral; crece músculo, mantente ligero; come solo proteína, come solo grasa, come solo carbohidratos; nada en aguas abiertas, nada en alberca; draftea, no draftees, y un larguísimo etcétera.
Después estarán los amigos bienintencionados que han hecho varios maratones o varios IRONMAN y te harán recomendaciones según su experiencia. Desde la manera de hidratarse, comer, la velocidad e intensidad para iniciar y sostener en competencia, qué usar, qué bicicleta comprar, cómo vestirte, cómo debes verte, con quién entrenarte, cómo debes entrenar y mucho más. Claro, desde su particular punto de vista y sin una base científica o experiencia como entrenadores.
Por último, tienes la oferta de entrenadores, que van desde los grupos grandes en los que no tienes un entrenador designado para ti, hasta los que tienen un número muy reducido de atletas para ser muy personalizados. Lo más importante que debes considerar es la experiencia, la empatía, las certificaciones y la constante capacitación de cada uno; además de que cumpla con tus posibilidades económicas y necesidades personales.
Así que si al terminar esta novela del Covid-19 tienes la intención de convertirte en un deportista, aprende a abrir bien los ojos y a cerrar los oídos a las voces que, sin malas intenciones, nos podrían llevar por un camino equivocado que solo ocasionarán que perdamos rápido el interés.
