El ego es inherente al atleta y quien diga que no, miente; el ego te lleva a la ambición y la ambición te lleva al cambio. Un ego bien encaminado también te llevará a inspirar a otras personas a conseguir sus metas a través del trabajo arduo y del sacrificio.
Pero con la euforia de las redes sociales debemos tener cuidado con los demonios del ego; debemos evitar que los likes y los comentarios positivos se vuelvan una obsesión o una necesidad. Porque, ¿de qué sirve arriesgar nuestra salud por 100 likes que quedarán en el olvido en cinco minutos? No es sano y no se debe fomentar al atleta que se presenta sin un entrenamiento adecuado a eventos de cualquier índole y distancia para ganarse el respeto de sus seguidores porque pese a todo, cruzó la meta.
También debemos tener cuidado con el atleta o incluso el entrenador que no tiene empatía, resultado del ego mal encaminado. Aquel que considera que un IRONMAN no es válido en más de 15 horas. Tal vez no entienden las horas de trabajo, persistencia y esfuerzo detrás de esas 15 horas. Si esas 15 horas tienen como base un entrenamiento planificado y una preparación constante, son tan válidas como cualquier otro.
También debemos saber reconocer que a veces, pese a una buena preparación, el plan no funciona y esto siempre servirá para enseñarnos que la contraparte del ego, es la humildad. La derrota es tan necesaria como el triunfo para que exista un equilibrio, y saber reconocerla es parte del cambio y del crecimiento si sabemos aprender de ella.
Debemos valorarnos como lo que somos, personas en crecimiento y en constante búsqueda del cambio. Demostremos que el cambio viene con el esfuerzo y que el camino fácil nos llevará a una vida de espejismos, y en el peor de los casos, la enfermedad. No fomentemos el camino fácil y mejor seamos ejemplo de que el entrenamiento, la constancia y la persistencia son las semillas de la admiración que buscamos, pero siempre a través de la verdad y la empatía que merecen aquellos que vienen atrás de nosotros y que, tal vez, nos ven como un ejemplo a seguir.
