Por suerte para una sociedad que tiende al sobrepeso, el atletismo amateur ha crecido en los últimos años, en México y el mundo. En los deportes que nos ocupan, el triatlón y la carrera pedestre, la tendencia es la misma.
El aumento en la demanda ha resultado en un aumento importante de equipos y entrenadores. En este mosaico de posibilidades hay opciones para todos los gustos. En un análisis a simple vista vamos a categorizar los equipos:
EL EQUIPO SOCIAL: el equipo en el que además de entrenar, hay un componente social muy importante. Se reúnen fuera de entrenamiento, socializan pre y post entreno y hay una interacción personal importante entre sus atletas.
EL EQUIPO DE ALTO RENDIMIENTO: al que solo puedes ingresar si tienes buenos resultados en tus competencias. Tienen un proceso de ingreso cerrado y exclusivo.
EL EQUIPO DE LA ALTA SOCIEDAD: en el que sus atletas tienen, en su mayoría, una capacidad adquisitiva alta. Suelen competir internacionalmente y tienen equipo de alta gama.
EL EQUIPO DE AMIGOS: el equipo sin un entrenador que suele ser guiado por el atleta de más experiencia dentro del conjunto.
EL EQUIPO DEL ENTRENADOR ÉLITE: el que tiene como entrenador a un atleta que fue o es élite o de alto rendimiento.
EL EQUIPO CON EL ATLETA ÉLITE: el que tiene su máxima atención en uno o dos atletas sobresalientes.
EL EQUIPO A DISTANCIA: el equipo no tiene contacto directo con su entrenador en el que sus atletas reciben sus entrenamientos por correo o por alguna plataforma especializada.
EL EQUIPO PARA PRINCIPIANTES: el que tiene una prevalencia de atletas que se inician en el deporte.
EL EQUIPO DE ENTRENAMIENTO: el equipo cuyo único objetivo es entrenar sin mayor interés en otras interacciones sociales o comerciales.
EL EQUIPO MIXTO: el que tiene una mezcla de las anteriores.
La mayoría de los equipos tienen una mezcla de todas estas características, pero casi todos tienen una prevalencia de alguna de ellas.
Además de revisar las certificaciones y experiencia del equipo al que vas a ingresar, es bueno realizar un análisis más personal de lo que esperas y hacer las preguntas pertinentes para que el entrenamiento que recibas tenga los componentes adicionales que buscas.
Toma en cuenta que, como las escuelas, el éxito depende más de la iniciativa y ganas de aprender del estudiante, que de la institución, sin demeritar la importancia del nombre, experiencia y modelo educativo.
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